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Has sentido todo tu esfuerzo socavado al cero y raso
Has sentido que todo lo recorrido hasta llegar aquí es ahora un campo quemado
Has sentido que seguirías prendiendo fuego a todo con el bidón de gasolina que llevas por dentro
Has sentido hoy la desesperación de buscar un refugio en el desierto
Has sentido el azufre y la pólvora mezclándose en tus venas
Has sentido el peligro kamikaze de estallar con toda la furia del universo
Has sentido tu lejanía de todo tu alrededor a distancias tan galácticas como insondables
Has sentido el vértigo del tiempo en una combustión azul
Has sentido el deseo estrellado en la frontalidad de lo ninguneado
Has sentido la violencia de su transformación a la nada
Has sentido el frío del silencio inusi facto de su muerte
Has sentido tus rótulas molidas por cien veces levantarse
Has sentido el corrosivo bucle del error y el fallo
Has sentido el desplome de las risas que fecundaban
Has sentido carga sumada del una y otra vez defectuoso
Has sentido el insoportable horror de que no pasa nada
Has sentido la impotencia de no haber sido ni llegado a nada
Has sentido no saber qué hacer ahora que sabes que ella no te necesita


¿Lo has sentido?

Visten bien, pero es mentira, son pobres  
Una delgada línea separa la mísera tarifa por horas sexuales de la limosna por caridad a la que han tenido que bajar 

Vivo en pleno centro de Madrid, ver a mujeres prostituidas está a la vuelta de cualquier esquina. Son muchas las calles donde suelen ubicarse sometidas para vender su cuerpo. A menudo trato de buscar con la mirada dónde se coloca el chulo que las vigila, porque siempre está en alguna parte, así, de incógnito.
Mujeres muy jóvenes, extranjeras, de Europa del Este, África y Latinoamérica. Te sonríen como si la vida les fuera de maravilla, como si sus deseos fueran realmente los de acostarse con sus clientes. Una falsedad que no les interesa percibir a quienes les importa una mierda sus vidas. Mujeres que están de lunes a domingo, día tras día, mes tras mes. Las veo bien vestidas, pero es mentira. Son pobres. 
En ciertas calles ubican a las más atractivas. En calles aledañas ubican a las que menos llaman el consumo. Las categorizan. Madrid es un tablero de prostitución. Son pobres porque a algunas ya las veo incluso pedir dinero. Una delgada línea separa la mísera tarifa por horas de la limosna por caridad a la que han tenido que bajar. Han llegado a esa fase pasada de rosca, de esperar las horas en la calle, sentadas, con su cartela de cartón escrito y un vaso para recibir monedas, pasando la frontera humillante de ofrecer su cuerpo a cambio de dinero a solicitarlo a cambio por nada. 

Algunas de ellas están visiblemente mal, con evidentes signos de inestabilidad psíquica. Pero siguen siendo explotadas ferozmente. Llueva, truene, caiga una helada, haga un calor de infierno, estén enfermas, tengan el periodo... Da igual, están todos, toditos los días. Y eso es espeluznante. 

Otras mujeres son mucho más adultas, muy avanzadas en edad. ¿Qué tipo de necesidad ha de tener una mujer de 60 años en adelante para vender su sexo en una callejuela del centro madrileño? La misma, una opresión del sistema que la precipita a hacer lo que sea para sobrevivir. 
También veo a menudo a mujeres transexuales. A ellas les ceden otras calles. Esto es como un mapa marginal repartido entre chulos proxenetas y mujeres cuya sociedad les otorga pocas salidas que estén a la altura de la dignidad. Las ves sonreír, las ves coquetear, soltar alguna frase obscena que te indican de una manera falsa que a ellas, a las transexuales les gusta ser así, unas 'guarras'. Pero es mentira, porque son explotadas igual que el resto. No estarían ahí de tener la oportunidad de otra vida. Día sí y día no son atacadas físicamente. Las golpean y les roban, para más inri. Y de la violencia verbal que recibirán ya ni me imagino. Sean las 3 o las 4 de la mañana oigo gritos, me levanto y me asomo al balcón. Alguna vez acude una patrulla policial, pero pocas soluciones pueden dar. Esto se vive ya con una normalidad pavorosa. Es intolerable el acoso, la explotación, la violencia, la pobreza y otras atrocidades si las sufrimos en carne propia, pero es normal que les pase a ellas porque siempre ha pasado así. Y un carajo.

Cuánto nos afectaría que le pasara a un familiar, que les pasara a los amigos, que les pasara a alguien de nuestro entorno. Pero pasamos del tema cuando les pasa a ellas. Qué poca conciencia colectiva tenemos, joder. Qué poca profundidad y conocimiento de causa cuando verborreamos sobre defender al pueblo en clave de 'indignados' al ver con todo pavor a una fracción de librepensadores capitaneados por una "reportera" de moda que afirma que la prostitución no es tan dura, y que ella misma se plantea ser puta, así tan fresca. Como si las explotadas sexuales no lo estuvieran tanto y más que la multitud de casos sobre explotación laboral que leemos a diario, cuando lo que hacen con ellas es una auténtica salvajada llevada al límite de lo soportable, como es la violación continua por activa y por pasiva.

Foto modificada de original (Víctor Lerena)



Aunque aprecie mucho a Banksy, un tuit publicado en su cuenta de twitter hace algunas horas con una ilustración de Goiko y con el mensaje "Atrévete a ser diferente", me ha llamado la atención no precisamente por compartirlo en su favor. En la ilustración, esos seres grises que suben la escalera quizás están leyendo un libro electrónico, o están leyendo un interesante e importante artículo en el móvil. En el metro también veo a diario a mucho alienado con su libro entre la manos y el narizón inmerso en medio sin ceder el asiento a personas mayores por andar distraído, por ejemplo.

Ni todo libro real es el puro árbol de la ciencia ni todo lo que se comunica en los teléfonos inteligentes es ocio o ruido prescindible. 
Bien es cierto que la crítica de la ilustración puede ir más dirigida hacia la inmersión alienante en las modas virtuales que no hacia los móviles o la tecnología per se. Esa alienación promovida por la publicidad constante y la presión que degenera en una dependencia de estar “conectado”. Sin duda, la viñeta va en ese sentido, pero mi comentario, en cambio, va dirigido hacia el cabo que deja suelto: La lectura es lectura, sea en papel o en pantalla. El modo en que se contrapone a un ser con un libro abierto ante otros con un dispositivo digital tiene prejuicios bastante inexactos para los segundos.

Por cierto otro día hablaré del irritante comportamiento de la gente en el subterráneo mundo del metro. 


Desde los incendios provocados en estos días en tierras gallegas, veo circular erróneamente por redes esta fotografía que ven arriba, y que probablemente ya hayan visto, que no corresponde en lugar ni en fecha al triste acontecimiento. Tengo cierta incredulidad a la vorágine de imágenes que se difunden por las redes sin mención a las fuentes, cosa que contrapone la diversidad de la libertad de la información a la propagación de 'información supuesta' sin fuentes con las que contrastarlas para confirmar su veracidad.  Respecto a la documentación fotográfica, ilustrada y artística en general, tengo a menudo el deseo de indagar para saber quién es el autor de las obras, ya que ha de ser digno de reconocimiento y mención en los medios públicos.

La fotografía que contemplan arriba no corresponde a Galicia ni a 2017. Es una fotografía tomada por John McColgan, a quién asignaron el análisis y la observación del comportamiento de los incendios en los bosques de Montana, EEUU en el verano del año 2000. Desde lo alto del puente East Fork sobre el río Bitterroot, al norte de Sula, tomo esta increíble instantánea. La tristeza de la instantánea viene protagonizada por la imagen de dos alces que buscaron refugió en la parte honda del río en que pudo haber sido el día más extremo de fuego en setenta años. La fotografía fue tomada con una cámara digital Kodac DC 280. McColgan aseguró entonces que "No estaba sacando fotos artísticas. Estaba documentando el comportamiento contra incendios". Posteriormente la foto se difundió ampliamente y sin su autoría hasta ser recogida por Associated Press y el diario "The Missoulian". A pesar de la difusión sin firma ni remuneración, a John McColgan no pareció molestarle demasiado desde el principio.


En el imaginario colectivo cabe un lugar para mencionar la conocida escena de la película de Walt Disney, 'Bambi', a la que nos retrae el irrepetible momento de la instantánea de John.



John McColgan no es periodista ni fotógrafo. Es técnico especialista en el manejo de combustibles para el Servicio de Bomberos de la Oficina de Administración de Tierras de Alaska y también prescribe actividades de incendios para el BLM en Alaska, además de haber sido bombero durante más de 20 años y haber trabajado como observador de incendios para administraciones.
Buscada o no, la fotografía de John posee composición, encuadre, recoge y transmite perfectamente el infierno del incendio, y es digna de un merecido rigor fotográfico.

Fuente:

http://www.publicsafety.net/john_m.htm
http://www.snopes.com/photos/natural/bitterroot.asp#photo

Estos son los motivos argumentados por los que Miquel Reverte, un usuario de Twitter (@miquelreverte) expresó su voluntad de ir a votar el referéndum catalán el pasado 1 de Octubre, y los motivos por los que voto por el NO.
La situación es compleja. Yo tengo mi posición y cada uno de vosotros la vuestra, pero sin duda el problema merece hacer un esfuerzo en flexibilizar la rigidez de no admitir los motivos ajenos.
Hemos visto muchas cosas estas semanas y días, también las hemos leído, y las hemos escuchados, y el problema sigue enconado. Yo he querido rescatar lo que dice Miquel, es importante tener diversas perspectivas para entender todo esto.


Para respetar la fidelidad de sus palabras, os he dejado con su hilo de tweets. Aunque también para mayor comodidad de lectura para algunos o lo expongo en este párrafo:


"He votado. Y he votado por el NO. En este hilo explico mis razones por el voto de hoy.
He votado que NO porque no puedo dar una respuesta de algo tan importante basado en el sentimientos nacionales y no en propuestas objetivas.
He votado que NO porque no creo en las fronteras.
He votado que NO porque, aunque haya ver diferencias entre catalanes y el resto de españoles, creo en la fraternidad de los pueblos.
No voy a dejar solos al resto de españoles ante el cáncer que supone el Gobierno del Partido Popular, del mismo modo que no quería que Los franceses tuvieran que sufrir a LePen, los británicos enfrentarse al Brexit y el mundo entero a Trump. Se llama responsabilidad colectiva.
He votado que NO porque la institución organizadora, que debiera ser objetiva, es claramente parcial hacia el Sí.
He votado que NO porque, hasta ahora, solo ha servido para que la derecha catalana siga aplicando su programa.
He votado que NO porque, hasta ahora, nadie nos ha explicado las ventajas e inconvenientes de romper lo que tenemos.


Pero,


He votado porque considero que el poder de decisión de un grupo o colectivo sale del mismo, no se da desde arriba. Viene de abajo.
Una mayoría no debe decidir NUNCA sobre los derechos de una minoría.
He votado porque creo en el poder y en la responsabilidad de una acción como votar.
He votado porque quiero ser escuchado en un problema que nos afecta desde hace mucho tiempo.
He votado porque en 2009 me echaron de un restaurante de Valladolid (Brasería Recoletos) por hablar mientras comíamos en nuestro idioma.
He votado porque llevo toda mi vida escuchando las palabras Traidores, Puta Barça Puta Catalunya, Ratas, Insolidarios, y un largo etc.
He votado porque estoy cansado de justificar que mi lengua: no es un dialecto, no es una mierda, no es LAPAO, no es algo inservible. Es mi lengua y mi cultura y debe ser respetada.
He votado por los boicots al cava, por las historias inventadas y por los insultos constantes a algo que soy, catalán.
He votado porque durante mis años en Madrid tuve que justificarme en más de una ocasión sobre que hacía un catalán en MadridHe votado por la anulación del Estatut de Autonomía, después de haber sido aprobado por los catalanes y por el Parlamento Español.
He votado porque sigo esperando esa opción alternativa que tanto el PSOE como Podemos llevan tiempo mencionando pero no buscando.
He votado por las cargas. Personajes unineuronales sin escrúpulos no nos va a encerrar en casa a golpe de porra. “A por ellos”, mis cojones.
He votado porque quiero que esto sea una llamada a la atención para que se dialogue, se hable y se trabaje en una España donde los catalanes/as tengamos un encaje y seamos respetados.
He votado por que el Gobierno del Partido Popular ha dicho que no podía hacerlo.
Y solo por ello, ya merece la pena haber votado.
Los ladrones a la cárcel. Los sobres en las urnas. Y el poder en el pueblo."







Pueden seguir el hilo completo de tuits pulsando este enlace.