No tenía mucho que decir ni añadir acerca de lo ocurrido en Santiago de Compostela, pero viendo la fluidez que toman los medios y las conclusiones resbaladizas que pueden tomar muchos lectores y espectadores, digo.
La solidaridad y el encomiable voluntariado demostrado por la población en el momento trágico que se ha vivido esta semana, se ve pudorosamente contrarrestada por el gusto por el sensacionalismo melodramático que parte de muchos medios de información, que al final también son constituidos por individuos, como todos. Existe el derecho a la información, pero la insaciable manera de repetir y repetir imágenes y más imágenes no es más que interés del regocijo de las leyes de la audiencia. Las catástrofes se tratan informativamente, no se machacan como lo están haciendo. He visto escenas repetidas en bucle, minireportajes repetidos cuarenta veces, con frases redactadas que rozan lo patético y con música de fondo que podían haberse ahorrado.
El dolor y la rabia juegan muy malas pasadas a los sentimientos de incluso los que no tienen ni conocidos ni familiares entre las víctimas.
Me parece canallesco los adelantamientos que se toman los medios cuando van incluso a buscar el perfil de facebook de un maquinista presuntamente imputado (no detenido) para mostrar momentos de su jornada laboral donde conduce un tren a gran velocidad. Los medios muy hábilmente no le acusan, pero si le señalan y prácticamente le dejan a la deriva de la opinión pública como quien vacila imprudentemente de la velocidad a la que conduce el tren. Este maquinista mostraba en facebook una fotografía que marcaba la velocidad de 200km/h a la que conducía un tranvía hará cosa de un año. Esta velocidad no es una imprudencia aunque desate la ira de los sensibles, esta velocidad es la estipulada por RENFE (la empresa para la que trabaja) para trenes de velocidad alta, no por un maquinista loco, por tanto, no existe nada anormal en ello por mucho que pretendan los medios en insinuar con su noticias de 'investigación' y por mucho que escueza y dañe a los afectados de este drama.
Si este maquinista conducía a una velocidad no permitida en un tramo concreto del viaje, QUE SE INVESTIGUE, porque si no se investiga, no se sabrá si fue fallo humano, fallo de la tecnología, fallo de la infraestructura, de mantenimiento, de mecánica o de lo que sea. Pero lo que no pueden hacer los medios es buscar a la desesperada la cabeza del presunto culpable en quién volcar la rabia sangrante de los que han perdido a su ser querido, sin tener siquiera a estas horas tan tempranas acceso a la investigación que se está haciendo.
No pueden hacer esto porque NO saben la verdad.
No pueden hacer esto porque nadie lo merece cuando se han saltado el juicio justo.
No pueden hacer esto porque, aún se demuestre que este trabajador es responsable de esta tragedia , no es un indeseable por haber viajado hace un año en su jornada habitual a una velocidad permitida y exigida por su empresa ni por publicar una foto que testimonie su labor. No pueden hacer esto porque no puede adjudicar un fatal error sin demostrar a una acción laboral pasada de tiempo.
No pueden hacerlo porque es caer en el mismo error en que caemos a menudo sobre los juicios mediáticos.
No pueden hacerlo porque cuando ocurrió el desastre en el metro de Valencia también se acusó al maquinista, y desde que cierto periodista español de prestigio mediático emitió un reportaje hace escasos meses, la causa judicial está por abrirse de nuevo y pudiéndose demostrar una verdad tapada.
No pueden hacer esto, no porque yo sepa que el maquinista es inocente o culpable, responsable o chivo expiatorio. No pueden hacer esto porque el PERIODISMO mediático es falso y me insultan, me insultan a mi y a todos vosotros como ciudadanos, porque nos toman por consumidores del mercado de la información, y cuando hablamos de mercado ya sabemos que lo que ellos necesitan es que les salga rentable, y para que los negocios sean rentables se hacen cosas poco éticas sobre todo si se trata del ámbito audiovisual.
No pueden hacerlo porque estoy harto de que la información me la manejen para conducir mis sensaciones.
No pueden hacerlo porque ya estoy leyendo salvajadas en redes sociales contra el maquinista sin que la investigación haya esclarecido si el fallo fue exclusivo de él o son claves otros factores mecánicos que no funcionaron, y que podría dar a lugar a otros responsables.
No pueden hacerlo porque es perverso inducir la descarga del odio contra una persona que podría ser inocente, otra vez el juicio mediático.
No pueden hacerlo porque la ética de la información no es esa. La de este país parece más barata de la cuenta.
Paciencia, investigación, y firmeza ante la información que pretende contaminarnos y que no reflexionemos más allá de la primera lectura.
Mis máximas condolencias con las víctimas, los familiares, los amigos y gracias a los que ayudaron porque me han hecho sentirme orgulloso de ver que merece la pena vivir y luchar con gente así a nuestra vera.